NOVA CIENCIA

miércoles, mayo 24, 2006

EL ETERNO LATIDO DEL UNIVERSO

La imagen más precisa de la infancia del universo fue presentada por la NASA en febrero de 2003. El satélite WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) reveló el surgimiento de las primeras estrellas, sólo 200 millones de años después del Big Bang, alrededor de 500 millones de años antes de lo que los teóricos pensaban, y da una idea sobrecogedora de la potencia del Big Bang. Constató que el universo tiene 13.700 millones de años.

Según un nuevo mapa de la radiación cósmica, registrada cuando el cosmos tenía 380.000 años, el 96% del universo está formado por materia misteriosa y energía oscura.

El mapa más detallado y preciso del universo, poco después de su nacimiento, confirma triunfante la teoría del Big Bang y abre un nuevo capítulo en la historia temprana del cosmos, afirmaron los astrónomos.

Los astrónomos dijeron que el mapa otorga un respaldo impresionante a la extraña foto que surgió recientemente: el universo se está expandiendo a velocidad creciente, empujado por una misteriosa energía oscura.

Comparando sus datos con otras observaciones, los astrónomos pudieron hacer cálculos mucho más precisos de los parámetros básicos, incluyendo su edad, su geometría, composición y peso: tiene trece mil millones de años, más-menos uno por ciento, un 4 % de su peso corresponde a átomos, el 23% es materia misteriosa -partículas elementales que quedaron como residuo del Big Bang, presumiblemente no descubiertas- y el 73% es energía oscura. Y es geométricamente plano , es decir, que las paralelas no se cruzan en escala cósmica.

El resultado de esta imagen -sostienen- es una historia del universo, desde sus primeros segundos, cuando era una sopa de partículas y energía, hasta hoy, en que exhibe un cielo con cadenas de galaxias perladas.

El mapa, compilado por el satélite WMAP, muestra las leves variaciones de temperatura en la bruma de microondas que se cree son restos de los fuegos del Big Bang. Los cosmólogos dijeron que el mapa serviría como base para estudiar el universo para el resto de la década.

La nave fue lanzada el 30 de junio de 2001, y estuvo orbitando la Tierra y registrando emanaciones cósmicas desde un punto ubicado sobre el lado oscuro de la luna. Es el sucesor del Explorador de la Radiación de Fondo Cósmica (COBE, según sus siglas en inglés), de la NASA, que por primera vez hizo un mapa de trazo grueso de la radiación cósmica. El nuevo satélite puede resolver imágenes con una precisión cuarenta veces mayor que el COBE.

El doctor Michael Turner, cosmólogo de la Universidad de Chicago, celebró los resultados como una confirmación de la nueva cosmología que desarrolló esta generación y afirmó que contiene sorpresas para la próxima. "Es un gran momento para ser cosmólogo", dijo.

El doctor John Bahcall, astrofísico del Institute for Advanced Study, de Princeton, dijo que los resultados eran "un hito de pasaje" para la cosmología, que va de la incertidumbre filosófica a la precisión.

"La mezcla de extraños elementos que los astrónomos han reunido a lo largo de las dos o tres últimas décadas se confirma con admirable precisión", dijo, refiriéndose al ingreso de materia misteriosa y energía oscura en el mundo de la astronomía.

El doctor David N. Spergel, astrofísico de Princeton y miembro del equipo del WMAP, dijo: "Contestamos un conjunto de preguntas de las últimas dos décadas. ¿Cuántos átomos hay en el universo? ¿Qué edad tiene?"

La tarea, ahora, acordaron él y otros, es entender esos elementos, la materia oscura que aparentemente forma el 96% de todo, y qué ocurrió en el Big Bang para dar nacimiento a todo eso. Los astrónomos no saben qué es la energía oscura. Una candidata para explicarla es una fuerza repulsiva llamada constante cosmológica, que Einstein creó para hacer cuadrar sus ecuaciones, y de la que luego se arrepintió. Pero algunas teorías de la física moderna postulan misteriosas fuerzas como la quintaesencia de la energía oscura.

Mientras el nuevo análisis no resolvió el problema, el doctor Spergel dijo que sus datos parecían favorecer la hipótesis de Einstein. Las microondas cósmicas asombran a los astrónomos desde que fueron descubiertas, en 1965, por los doctores Arno Penzias y Robert Wilson, radioastrónomos de los Laboratorios Bell que ganaron el Nobel por su trabajo, como una débil señal de radio que recorría el cielo. Las microondas representan una instantánea del universo en el momento de enfriarse hasta el punto en que se formaron los átomos, a la edad de alrededor de 380.000 años. Pero el vapor de agua de la atmósfera oscurece las microondas, y así los astrónomos tenían que conformarse con vistas desde la cima de montañas o de globos aerostáticos.

Para concluir, el Dr. Charles L. Bennett agregó: "El universo se va a expandir y a enfriar. Esto seguirá sucediendo. El universo se volverá más frío, se disipará y desaparecerá, en lugar de replegarse sobre sí mismo. Si uno tuviera que predecir cómo terminará el universo, si por fuego o por hielo, la respuesta, según los hallazgos, es el hielo". Hasta aquí la nota publicada en The Washington Post y The New York Times.

El error de los científicos, es no tener en cuenta lo principal: el 96 % de materia misteriosa y energía oscura, que ejerce una gigantesca fuerza de cohesión e impide que el universo se expanda indefinidamente. Llegará un momento de máxima tensión, donde esa fuerza misteriosa ejercerá su presión y la expansión se detendrá para dar paso al comienzo de la contracción... y al camino hacia el Big Crunch. Atrás del Big Bang, de esa masa cuántica infinita y atrás de ese cero espacio, antes ya ha habido un Big Crunch, con su tremenda condensación de materia. Esto significa que atrás de ese mundo ha habido un universo anterior, así se constata que la Creación era y es un eterno latido de 30 mil a 40 mil millones de años. Por lo tanto, el universo no se ha creado de la nada, sino que se ha creado de un universo anterior y así sucesivamente por los eones.

Para nosotros, es muy difícil de abarcar esa eternidad, ese enorme concepto, porque siempre pensamos en un comienzo: el del latido inicial o de la primera creación... No hubo un Big Bang inicial porque, en la perfección de la vida, se creó el espacio-tiempo como si de una cinta de Moebius se tratase, y al crearlo así, no hay comienzo ni final. Este final parcial o Big Crunch que va a venir dentro de 15 ó 20 mil millones de años será el comienzo de otro ciclo universal de 30 ó 40 mil millones de años. De esta manera la vida se elevará con nuestra energía evolutiva una octava la vibración total del universo. Y por eso cada universo es más sutil que el anterior.

Stephen Hawking tiene en estos momentos una teoría fabulosa, pero se confunde en pensar que solamente hubo un Big Bang. Y el segundo error es creer que con dicho Big Bang empezaba también el concepto del Tiempo. Esto es lo que la física actual no entiende.

Hay una cita muy importante, de siglos anteriores, que dice:

"Aquel que no quiere ver es porque tiene miedo de descubrir".

Fuente : Prof. Jorge Olguín (Grupo Elron)